Se caraceteriza por eliminar elementos innecesarios dándole vida a objetos mediante su simplicidad y fucionalidad. Los colores que más predominan son los tonos puros como el blanco y negros para constrastar detalles.
El mobilario se distingue por su austeridad en el diseño y la cantidad en el espacio. Los materiales más usados en ellos son la madera y detalles rústicos. Las telas deben aportar relajación y evitar lo agresivo. Los textiles lisos son una excelente opción para evocar tranquilidad y frescura.
De base en su origen mezcla estilos, el estilo escandinavo con japonés, brindando una sensación de minimalismo sereno con la calidez añadida de las texturas y los materiales naturales añadiendo sofisticación a esa sencillez inherente.
Siempre que sea posible aprovecha la luz natural y la conexión con el exterior. Mezcla las maderas claras, naturales con algunas piezas de mobiliario de madera más oscuras, incluso algunos elementos en negro monocromático o gris antracita, creando un contraste de tonos más rico y sofisticado sin abandonar la sobriedad.
Se caracteriza por la abundancia de elementos, énfasis en detalles, composiciones aplicadas de forma simétrica y decoraciones curvas. Los colores van de escalas de tonos en cremas, grises, verdes, amarillos y texturas propias de las piedras.
El mobiliario usa maderas tipo cerezo, haya o roble con acojinados de telas sofisticadas y de gran peso. Para su decoración se usan elementos florales, de porcelana, cristal y metales opacos o brillantes.
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